En el mundo empresarial, la imagen que se proyecta es crucial para generar confianza y credibilidad entre los clientes y colaboradores.
El uso del retrato corporativo es una herramienta muy valiosa que permite comunicar la personalidad y el compromiso de una persona o una organización en una sola imagen.
Pero, ¿cómo asegurarnos de que el retrato corporativo cumpla su objetivo? Una de las claves es trabajar lo emocional. Y es que, según varios estudios, las emociones son una parte fundamental de la comunicación no verbal, ocupando hasta el 93% de todo lo que comunicamos. Por ello, si queremos transmitir una imagen de éxito y profesionalismo, es necesario que el retrato corporativo refleje las emociones adecuadas.
Uno de los mayores expertos en el tema es Paul Ekman, quien ha estudiado las emociones humanas durante más de 40 años. Gracias a sus hallazgos, hoy sabemos que las emociones se manifiestan en el rostro a través de microexpresiones, que duran apenas una fracción de segundo pero que pueden transmitir información valiosa.
Por ejemplo, una mirada de desprecio puede generar desconfianza en una persona, mientras que una sonrisa genuina puede generar empatía y cercanía.
Por esta razón, es importante trabajar lo emocional en el retrato corporativo, asegurándonos de que las emociones que se transmiten sean las adecuadas. Para ello, es necesario trabajar con un fotógrafo profesional que sea capaz de capturar las microexpresiones con precisión. Además, es fundamental trabajar la empatía con el modelo, para ayudarle a sentirse cómodo y expresar su personalidad de forma natural.
Pero ¿qué beneficios puede tener trabajar lo emocional en el retrato corporativo?
En primer lugar, genera una imagen más auténtica y cercana, generando mayor empatía con los clientes. Además, puede ayudar a transmitir los valores y la visión de la organización, a través de emociones como la pasión, el compromiso y la energía.
Por último, trabajar lo emocional en el retrato corporativo puede generar mayores beneficios para la persona retratada. Según diversos estudios, la expresión de emociones positivas puede tener un impacto directo en el bienestar emocional, aumentando la autoestima y reduciendo el estrés. Por ello, el retrato corporativo puede ser una oportunidad para que la persona se descubra a sí misma bajo una luz positiva, generando mayores niveles de bienestar emocional.
En conclusión, trabajar lo emocional en el retrato corporativo es una inversión que puede tener grandes beneficios tanto para la imagen de la organización como para la persona retratada.
A través de las emociones podemos transmitir valores, generar empatía y mejorar el bienestar emocional.
Trabajar con un fotógrafo que tome en cuenta lo emocional te dará los resultados óptimos de comunicación de tu marca personal.
No lo dejes a la suerte.
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