Ayer tuve una junta con un cliente potencial, algo que, de primeras, no tiene nada de especial. Sin embargo, lo especial vino después, cuando me puse a reflexionar sobre nuestra plática y las valiosas lecciones que me dejó.
Para entender mejor el contexto, te cuento, hace unos días me contactó una persona interesada en mis retratos corporativos. Como siempre, le proporcioné toda la información necesaria y, para mi sorpresa, también me pidió ayuda en otro ámbito que me apasiona: El diseño gráfico. En ese momento pensé: "¿Por qué no? Si puedo resolver ambas necesidades, ¿por qué no hacerlo?"
Así que concertamos una cita para ver algunas muestras de impresión de mis trabajos. En la cita, después de hablar sobre sus impresiones hablamos de sus retratos corporativos.
¿Sigues leyéndome? ¡Excelente! Continuemos entonces con la historia.
Lo más interesante de la conversación fue cuando me mencionó su preocupación por lograr los resultados que buscaba con sus retratos. Me dijo que ya había buscado bastante, incluso había contactado con una fotógrafa que tenía su estudio en el mismo edificio. Sin embargo, no le había dado buena espina: "Casi nunca está", me comentó, "y eso me dio una mala señal".
Yo, intrigado, le pregunté cómo había dado conmigo. Su respuesta me llenó de satisfacción: "Por internet", me dijo. "Estuvimos buscando bastante, hemos checado muchos fotógrafos y lo que vi en tu trabajo me hizo pensar que tú me lo podías resolver".
Además, me contó que en Perú había tenido una mala experiencia con un fotógrafo que no estaba especializado en retratos corporativos: "Fotografiaba modelos como para revista", me dijo, "y las fotos resultantes no nos gustaron. Por eso estoy esperando mucho de ti, como verás, te digo que hemos buscado bastante".
Estas palabras me hicieron reflexionar sobre varios aspectos importantes:
1. La competencia en cualquier ámbito es feroz. En toda profesión hay muchas personas que hacen lo mismo que tú y que yo. El alcance de las redes sociales es tan vasto que la clave no está en ser popular, sino en distinguirse de la masa. Ahí es donde cobra sentido mi decisión de especializarme en la fotografía corporativa y comunicarlo en todos lados.
2. Internet es un océano de información. Debemos hacer que la gente nos encuentre antes que a los demás, y ahí es donde el SEO juega un papel fundamental. Si no sabes lo que es, te recomiendo que lo investigues, porque te ayudará a destacarte de la competencia, ya sea que ofrezcas servicios, productos o busques trabajo. Créeme, es una herramienta invaluable para prosperar en el mundo digital.
Cada día consumimos toneladas de información y verla toda no es humanamente posible. Te reto a que, si necesitas algo, lo busques en internet poniendo la primera palabra que te venga a la mente. Te saldrán miles de resultados, y entre ellos, ¿cómo distinguir cuál es tu mejor opción? La respuesta es simple: teniendo palabras clave que se relacionen con lo que quieres que los demás te relacionen.
3. La atención al cliente es fundamental, especialmente en una época donde la tendencia es a despersonalizar los servicios. Si lo dudas te reto a que trates de hablar con un ser humano por teléfono en el principal sitio de ventas online que todos conocemos, o con los responsables del buscador más popular de internet. Ya sabes a quién me refiero.
Ir a ver a mi cliente en persona y dedicarle tiempo a escucharlo generó una mayor confianza en mi trabajo. Nunca subestimes el poder de atender a alguien de forma personal.
Muchas gracias por leer esta breve historia. Espero que haya provocado la reflexión en ti así como lo hizo para mí. Déjame saber si te pareció interesante dejando un comentario aquí mismo.
Si aún no me conoces, soy Carlos Estrada, un fotógrafo apasionado por el poder de la imagen para comunicar conceptos de manera eficiente. Pongo a tu disposición mis conocimientos de imagen y fotografía para que los aproveches en tus fotografías corporativas y comuniques tu profesionalismo de forma efectiva, alcanzando así tus objetivos laborales o empresariales.
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